El invento ya está patentado y una empresa de Mar del Plata busca fondeo para producirlo.
El dispositivo electromecánico capaz de transformar la energía undimotriz (que producen las ondas marinas) en energía eléctrica, diseñado y patentado por la UTN de Buenos Aires, entró en la etapa final de su desarrollo. El equipo de investigación de la facultad firmó un convenio de cooperación con la empresa marplatense de equipamientos QM para la construcción del primer equipo a escala real que será probado en la Costa Atlántica.
El proyecto del llamado Grupo Unidmotriz de la UTN comenzó en 2009 cuando Alejandro Haim, ingeniero mecánico, magíster en Energía Renovables y actual co-director de la investigación, propuso la idea a Mario Pelissero, titular de la cátedra Química Aplicada, quien se convirtió en el director del proyecto. “Siempre estuve vinculado al mar: trabajaba de guardavidas y practicaba surf en verano, y estudiaba ingeniería el resto del año”, cuenta Haim. Así, surgió la idea de aprovechar la energía de las olas, una fuente renovable y limpia, para generar electricidad.
“Estudiamos los equipos que ya existían en el mundo para no inventar algo ya inventado, e hicimos nuestro propio desarrollo, que patentamos en 2011”, cuenta Haim.
A diferencia de los dispositivos utilizados en Brasil o Dinamarca, que utilizan fluidos hidráulicos, el invento de los ingenieros de la UTN es únicamente mecánico: se trata de una boya que, al moverse con las olas, hace subir y bajar un mecanismo que va al generador.
“La ventaja es que se puede fabricar 100% en la Argentina y, al no utilizar fluidos, evitamos posibles fugas de aceites que pueden contaminar el mar”, asegura el ingeniero.
Pelissaro y Haim presentaron el proyecto de investigación a la UTN, que financió la construcción del equipo a distintas escalas, las presentaciones en congresos y eventos, y las becas para estudiantes que se integraron al equipo para desarrollar tesis de grado y posgrado sobre el tema.
Una de las becarias trabajaba en QM y le presentó la idea a su empresa. “Se reunieron con nosotros. Este año formalizamos el convenio de cooperación por el cual nosotros ponemos a disposición de la empresa la patente y los recursos humanos de investigación para materializar en conjunto el equipo y ponerlo en el mar”, cuenta Haim.
Hasta el momento, el Grupo Unidmotriz había construido dos modelos, uno 20 veces más chico que el real, y el segundo en escala 1:10. Este último se probó en el canal de olas del Instituto Nacional del Agua en Ezeiza. “La boya real pesa más de 10 toneladas, por eso trabajamos a escala, para ir perfeccionando la tecnología”, explica Haim. “Ahora estamos en la etapa de diseño de la escala real que iría al mar”, agrega.
Para la construcción del prototipo en tamaño real, los investigadores y la empresa presentarán la idea al Fondo Tecnológico Argentino (FONTAR) de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT), que financia proyectos para el mejoramiento de la productividad del sector privado a través de la innovación tecnológica.
Haim calcula que, de salir el financiamiento, el prototipo experimental “puede estar listo en un año. Después, la idea es que se transforme en un producto comercial”, dice.
Las olas y el viento
La energía undimotriz es la que poseen las ondas marinas que se generan a través de las grandes olas que nacen en los océanos y que generan una elevada cantidad de energía “muy superior a la eólica y la sola”, aclara Haim.
Esa energía se puede aprovechar instalando “parques” de dispositivos que, con boyas, transmiten la energía generada por el movimiento de las olas a un generador. Transformada en energía eléctrica, se transporta mediante cables submarinos a la costa.
Según un cálculo teórico, “100 equipos instalados equivalen a una potencia de 6 megawatts, equivalente a la energía eléctrica de 5.000 hogares”, dice Haim. Y calcula una inversión “de uno a dos millones de dólares por cada mw instalado”.